La ciberseguridad se centra en proteger sistemas digitales y redes de ataques cibernéticos, mientras que la seguridad de la información abarca la protección de toda la información, ya sea digital o física, dentro de una organización.
Los principios fundamentales son la Confidencialidad (proteger la información de accesos no autorizados), Integridad (garantizar que la información es precisa y no ha sido alterada) y Disponibilidad (asegurar que la información esté accesible cuando se nece
La MFA es un método de autenticación que requiere dos o más pruebas independientes para verificar la identidad de un usuario. Es importante porque añade una capa adicional de seguridad, dificultando que los atacantes accedan a cuentas con solo una contraseña.
La ciberseguridad es la práctica de proteger sistemas, redes y programas de ataques digitales. Es importante porque los ataques cibernéticos pueden resultar en el robo de información sensible, interrupción de servicios y daños financieros significativos.
Un CRM en ciberseguridad se refiere a una plataforma o sistema que combina las funcionalidades típicas de un Customer Relationship Management (Gestión de Relaciones con Clientes) con medidas de seguridad para proteger la información sensible de los clientes y las interacciones que se realizan dentro del sistema.
En el contexto de la ciberseguridad, un CRM tiene que asegurar que los datos de los clientes, como información personal, transacciones, comunicaciones y registros de soporte, estén protegidos contra accesos no autorizados, robo de datos y otras amenazas cibernéticas.
Un firewall es un dispositivo o software que filtra el tráfico de red, permitiendo o bloqueando conexiones basadas en reglas de seguridad predefinidas. Ayuda a proteger la red al impedir el acceso no autorizado y potencialmente peligroso.
WannaCry fue detenido parcialmente gracias al descubrimiento de un «kill switch» (interruptor de apagado). Un tecnico en ciseguridad conocido como MalwareTech analizó el código del ransomware y descubrió que intentaba conectarse a un dominio no registrado. Al registrar el dominio, se desactivó la capacidad del malware de propagarse, frenando en gran medida el ataque.
Que lecciones hemos de aprender
Importancia de las actualizaciones:
Microsoft había lanzado un parche de seguridad (MS17-010) para corregir la vulnerabilidad SMB en marzo de 2017, dos meses antes del ataque. Muchas empresas y usuarios no habían aplicado el parche, lo que facilitó la propagación de WannaCry.
Seguridad en las redes internas:
La capacidad de propagación de WannaCry puso de manifiesto la necesidad de segmentar las redes y limitar los accesos innecesarios.
Respaldo de datos:
Las víctimas que tenían copias de seguridad actualizadas pudieron restaurar sus sistemas sin pagar el rescate.
Educación en ciberseguridad:
Muchos usuarios cayeron víctimas al abrir correos electrónicos maliciosos o al no reconocer las señales de advertencia. La formación sobre ciberseguridad es clave para prevenir futuros ataques.
WannaCry marcó un antes y un después en la historia de la ciberseguridad, destacando la importancia de proteger sistemas vulnerables. Su impacto global impulsó una mayor colaboración entre gobiernos, empresas tecnológicas y profesionales de la ciberseguridad para combatir el cibercrimen.
El spear phishing es un tipo de phishing dirigido específicamente a una persona u organización, utilizando información personalizada para hacer el ataque más convincente. A diferencia del phishing tradicional, que es masivo y genérico, el spear phishing es más selectivo y sofisticado.
Un ataque DDoS (Distributed Denial of Service) sobrecarga un servidor con tráfico masivo para interrumpir su funcionamiento. Se puede mitigar usando soluciones como firewalls de aplicaciones web, balanceo de carga y servicios de mitigación específicos de DDoS.
Un botnet es una red de dispositivos infectados con malware, controlados por un atacante de manera remota. Se utilizan en ataques como DDoS, envío de spam masivo y distribución de malware.
Un rootkit es un conjunto de herramientas diseñadas para otorgar acceso no autorizado a un sistema, manteniéndose oculto del usuario y de las herramientas de seguridad. Compromete la seguridad permitiendo que los atacantes controlen y roben datos del sistema afectado sin ser detectados.
WannaCry es un tipo de malware clasificado como ransomware que apareció en mayo de 2017. Este software malicioso se propagó rápidamente por todo el mundo y afectó a miles de empresas, instituciones gubernamentales y usuarios individuales. WannaCry cifra los datos del dispositivo infectado y exige un pago en Bitcoin como rescate para desbloquearlos.
El ransomware utiliza un exploit llamado EternalBlue, desarrollado originalmente por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) y filtrado por un grupo de hackers conocido como Shadow Brokers. EternalBlue aprovecha una vulnerabilidad en el protocolo SMB (Server Message Block) de sistemas Windows para propagarse automáticamente entre computadoras conectadas a la misma red.
1 Infección masiva:
WannaCry infectó más de 300,000 dispositivos en 150 países en solo unos días. Entre las víctimas más destacadas se incluyen:
2 Cifrado de datos:
Una vez infectada la máquina, WannaCry cifraba todos los archivos importantes del sistema (documentos, imágenes, bases de datos, etc.) y mostraba un mensaje exigiendo el pago de un rescate de entre $300 y $600 en Bitcoin para recuperar los datos.
3 Propagación automática:
WannaCry se propagaba rápidamente a través de redes locales y por Internet, utilizando la vulnerabilidad SMB de Windows. Esto lo convirtió en uno de los ataques de ransomware más dañinos y rápidos de la historia.
4 Daño económico:
Se estima que los costos globales de WannaCry (incluyendo rescates pagados, recuperación de sistemas, pérdida de productividad y reputación) superaron los 4,000 millones de dólares.
El phishing es una técnica en la que un atacante se hace pasar por una entidad confiable para engañar a las personas y obtener información confidencial, como contraseñas o detalles de tarjetas de crédito. Se puede prevenir educando a los usuarios, usando filtros de spam y autenticación multifactor.
La seguridad en la nube se asegura mediante la implementación de controles de acceso, cifrado de datos, gestión de identidades y accesos (IAM), y monitoreo continuo. También es crucial seleccionar proveedores de nube que cumplan con normas de seguridad y privacidad.
Las políticas de contraseñas se implementan estableciendo reglas para la creación de contraseñas fuertes, como longitud mínima, uso de caracteres especiales y prohibición de contraseñas comunes. Se gestionan mediante la educación continua de los empleados y el uso de herramientas de administración de contraseñas.
EDR es una solución de seguridad que monitorea y recopila datos de los endpoints (dispositivos de usuario final) para detectar, investigar y responder a amenazas en tiempo real. Contribuye a la seguridad al proporcionar visibilidad y capacidades de respuesta ante incidentes.
Una VPN (Red Privada Virtual) crea una conexión segura y cifrada entre el dispositivo del usuario y la red de internet, protegiendo la información de ser interceptada por terceros. Es útil para proteger datos sensibles y mantener la privacidad en conexiones públicas.
Un IDS monitorea el tráfico de red en busca de actividades sospechosas y genera alertas. Un IPS, además de monitorear, actúa para bloquear o prevenir ataques automáticamente. Ambos son esenciales para detectar y responder a amenazas.
El RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) es una regulación de la UE que protege la privacidad y los datos personales de los ciudadanos europeos. Afecta a la ciberseguridad al exigir a las empresas que implementen medidas robustas de protección de datos y notifiquen sobre violaciones de seguridad.
La directiva NIS (Seguridad de Redes y Sistemas de Información) establece medidas de ciberseguridad para proveedores de servicios esenciales en la UE, como energía, transporte y salud. Requiere que estos proveedores implementen medidas de seguridad adecuadas y notifiquen incidentes de ciberseguridad.
La ISO/IEC 27001 es un estándar internacional para la gestión de la seguridad de la información. La certificación implica que una organización ha implementado un sistema de gestión de seguridad de la información (SGSI) efectivo y cumple con los requisitos de protección de datos.
Se elabora identificando los riesgos potenciales, desarrollando estrategias para mantener las operaciones críticas y creando planes detallados para la recuperación de desastres. Se prueba mediante simulaciones y ejercicios regulares para asegurar que el plan es efectivo y actualizado.
El impacto se mide evaluando el daño financiero, la interrupción operativa, la pérdida de datos, la reputación de la marca y el cumplimiento legal. Se pueden utilizar métricas como el tiempo de inactividad, el costo de la respuesta y las pérdidas de ingresos.
Un SOC es una unidad centralizada que monitorea, detecta y responde a incidentes de seguridad en una organización. Opera 24/7 utilizando herramientas de seguridad, inteligencia de amenazas y equipos de analistas para proteger la infraestructura de la empresa.
Un plan de respuesta a incidentes es un conjunto de procedimientos diseñados para identificar, contener, erradicar y recuperar de un incidente de ciberseguridad. Es crucial porque permite a una organización minimizar el impacto de un ataque y restaurar la normalidad rápidamente.
El análisis forense digital permite recuperar, analizar y preservar evidencia digital de incidentes de ciberseguridad. Es crucial para entender la naturaleza del ataque, identificar a los perpetradores y prevenir futuros incidentes.
Se evalúa mediante auditorías regulares, pruebas de penetración, monitoreo continuo de incidentes de seguridad, análisis de cumplimiento normativo, y encuestas a empleados para medir su comprensión y cumplimiento de las políticas.
Se promueve a través de la implicación del liderazgo, integrando la seguridad en todos los procesos empresariales, recompensando el comportamiento seguro, comunicando claramente las políticas de seguridad y asegurando que todos los empleados entienden su papel en la protección de la empresa.
Se puede concienciar mediante programas de formación regulares, simulaciones de ataques como phishing, políticas claras de seguridad, y fomentando una cultura en la que los empleados se sientan responsables de la seguridad de la información en su día a día.
Las mejores prácticas incluyen usar contraseñas largas (al menos 12 caracteres), combinar letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos, evitar palabras comunes o información personal, y utilizar un gestor de contraseñas para generar y almacenar contraseñas únicas para cada cuenta.
Las copias de seguridad son cruciales porque permiten recuperar datos en caso de pérdida, corrupción o ataques como el ransomware. Aseguran la continuidad del negocio y minimizan el impacto de incidentes de seguridad.
La ciberhigiene se refiere a las rutinas y prácticas básicas que los usuarios deben seguir para mantener la seguridad de sus dispositivos y datos. Esto incluye mantener el software actualizado, usar antivirus, realizar copias de seguridad regularmente, y ser cauteloso con los correos electrónicos y enlaces sospechosos.
IAM es un marco de políticas y tecnologías para asegurar que las personas adecuadas accedan a los recursos correctos en el momento adecuado. Contribuye a la ciberseguridad al controlar y limitar el acceso a la información crítica, previniendo accesos no autorizados.
El liderazgo es clave en la implementación de políticas de ciberseguridad, ya que establece la importancia de la seguridad a nivel organizativo, asigna recursos necesarios, apoya las iniciativas de formación y asegura que las políticas se integren en la estrategia general de la empresa.
Las técnicas incluyen simulaciones de phishing para evaluar y mejorar la respuesta de los empleados, formación interactiva que explique cómo identificar correos electrónicos sospechosos, y recordatorios periódicos sobre las señales comunes de phishing.